16.04.2019/03:22
Las reformas a la legislación laboral, particularmente al capítulo relacionado a la democratización sindical, no siempre es un buen signo para la democracia sindical, debido a la carga de paternalismo.
Sí la enmienda legal aprobada por los legisladores federales solo atiende a una exigencia de los socios comerciales como Estados Unidos, firmante del acuerdo T-MEC, pues si tendrán serios problemas para su implementación.
Buena parte de las recientes reformas a la ley laboral, relacionada con la democracia sindical, recoge las exigencias y aspiraciones del movimiento sindical democrático e independiente, frente al monopolio del férreo control corporativo del sindicalismo oficial ligado a gobiernos del PRI.
El ordenamiento reconoce el derecho de libertad sindical, de libre sindicación y la protección contra actos de injerencia bajo los parámetros de los Convenios 87 y 98 de la OIT; el voto personal, directo, libre y secreto, y con una perspectiva de igualdad de género en los órganos sindicales.
Prevé la revisión de los contratos colectivos en un plazo no mayor a cuatro años, posteriores a la entrada en vigor de la legislación, y establece mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en el manejo de las cuotas y finanzas sindicales, así como en el registro de sindicatos y contratos colectivos.
Todo esto significa que desde el poder político se “democratizan” los sindicatos, lo que podría terminar en cambio de fachada, pero con los mismos vicios ocultos desde su empoderamiento sector caciquil y corrupto emprendido desde el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río.
Solo por decreto de la reforma laboral, en el capítulo democratizador, difícilmente cederán los “charros” sindicales de telefonistas, maestros, petroleros, electricistas, automotrices, de universitarios, en el sector salud, ferrocarrileros, azucareros, acereros, y un largo etcétera.
Sin duda es moral y jurídicamente necesario erradicar los contratos de protección de las mafias sindicales obrero- patronales, pero es una verdad a medias lo que se dice de los sindicatos blancos.
En estados como Nuevo León, los llamados sindicatos blancos, son democráticos y transparentes, por encima, muy lejos, de centrales obreras como la CTM y la CROC.
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El nearshoring o relocalización de empresas es una estrategia comercial que busca acercar los centros de producción entre mercados internacionales, con la finalidad de mejorar