Esta semana concluyó el plazo para que los sindicatos reales se separaran de los simulados. Para identificar a los reales se les pidió una labor sencilla: que los trabajadores ratificaran su apoyo al sindicato en una votación libre y secreta. Se les dieron cuatro años para lograrlo.
El resultado destapó la cloaca de la putrefacción sindical que existe en México. El 86 por ciento de los contratos colectivos de trabajo eran ficticios 1. La abismal mayoría de contratos colectivos eran los patrones poniéndose de acuerdo con seudolíderes sindicales para oprimir al trabajador.
La ratificación fue un proceso histórico. Sin embargo, no es posible todavía cantar victoria. Hay tres aspectos claves sobre los cuales debemos movilizarnos.
Primero, necesitamos más sindicatos nuevos. Muchos de los sindicatos charros sobrevivieron la ratificación porque no hubo sindicados vanguardistas que les hicieran competencia. No se han conformado movimientos nuevos que reten a los de siempre. Quizá esto se deba al temor que empleadores y charros han infundido en quien busca hacerlo.
Urge derrotar el temor. Ya hay quien lo ha hecho. Estamos atestiguando el surgimiento de organizaciones laborales innovadoras. Ejemplos de ello son Ángel Pazos, del Sindicato Nacional de Personas Trabajadoras de Organizaciones de la Sociedad Civil; Sergio Guerrero, de la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación; y las tres secretarias generales del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar. Más deben surgir.
Segundo, debemos dar mayor seguimiento a las ratificaciones, pues algunas despiertan sospechas. El Centro de Apoyo para la Libertad Sindical (CALIS) mostró que algunas empresas lograron ratificar con muy pocos votos. Por ejemplo, Cemex de Baja California lo hizo con cuatro votos. Otros casos de votaciones escuetas se dieron en Metalsa, FTS Automotive y Green Metals Mexico.
Los consumidores pueden organizarse para identificar y boicotear a las empresas que hayan incurrido en irregularidades. Por ejemplo, Calis estimó que en cinco por ciento de las ratificaciones votó cien por ciento de los trabajadores. Esto huele mal. Supone que en plantas con miles de trabajadores ni una sola persona faltó a trabajar.
Finalmente, se debe crear una fuerza de observadores de elecciones sindicales. Como ha identificado el Consejo Independiente de Expertos Laborales de México en EU, los sindicatos organizaron y sancionaron las elecciones ellos mismos, lo que puede prestarse a conflicto de interés. Además, en tres por ciento de los casos, los datos de participación y votación de las ratificaciones no se han hecho públicos, según CALIS.
Hay esperanza de que surja un nuevo sindicalismo porque hay mucho margen de mejora. Hoy sabemos que solo 10.1 por ciento de los trabajadores están sindicalizados de verdad, una tasa menor que la del Congo o Bangladesh 2. En promedio, en el mundo la tasa es de 18.2 por ciento 3.
Urge crear un neosindicalismo para mejorar la distribución de la riqueza. En México solo 35 por ciento del valor generado por una empresa se reparte a los empleados por medio de salarios u otros pagos (OIT, 2021). Esto significa que nuestro país les da menos que 91 por ciento de los países del mundo. Hay que cambiarlo.
1 (20 mil contratos ratificados de 141 mil, STPS)
2 (39.8 millones de trabajadores [ENOE 4T-2022], 4 millones de sindicalizados ratificados [STPS]. Sindicalización internacional [OIT])
3 (Ponderados por número de trabajadores [OIT])
Por: Viri Ríos / Milenio
Fuente: https://www.milenio.com/opinion/viri-rios/no-es-normal/creemos-sindicatos-nuevos