Balance de la Reforma Laboral: Saúl Escobar Toledo *

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Por: Reformalaboralparatodos.mx
A todos no atraviesa un sentimiento contradictorio, por un lado de alivio, por otro lado de onda preocupación. De alivio porque la propuesta de la CTM y CROC de los senadores del PRI, quedó congelada, en la práctica quedó desechada, al margen de la discusión parlamentaria, no se aprobó, no prosperó.
Pero también de onda preocupación porque no se aprobó ninguna otra. La reforma constitucional aprobada en febrero de 2017 quedó inconclusa, no se puede aplicar, no puede avanzar y estamos en un vacío legal, una vacatio legis que quiere decir que hay una ley, pero no hay posibilidades de que esta ley se traduzca en hechos reales, en la posibilidad de que se ejecute, que se ponga en práctica, que se implemente, se haga realidad.
Esta es una preocupación muy seria, porque quiere decir que la reforma constitución va tener que esperar un tiempo indeterminado, lo que puede ser de grandes y graves consecuencias para el país.
Pienso que, por ejemplo, una parte sustancial de la reforma constitucional de crear tribunales especializados en materia laboral dentro del poder judicial, es una reforma histórica de gran importancia, primero, porque nunca ha habido este tipo de tribunales, simplemente desde la Constitución de 1917 se crearon las juntas tripartitas como impartidoras de justicia, por lo tanto nunca se crearon tribunales dentro de Poder Judicial para impartir justicia laboral.
Y antes de la Constitución de 1917 no había justicia laboral ni de esa, ni de ninguna otra. Simplemente se pensaba que el asunto de las relaciones laborales era un asunto privado que correspondía resolver sólo al empleador y al empleado, al patrón y al trabajador. Y por lo tanto no era necesaria ninguna regulación jurídica ni estatal sobre las relaciones laborales.
A partir de 1917 se reconoce al derecho laboral a la relación entre obreros y patrones como una materia que compete a la ley, a la Constitución, al derecho y por lo tanto a la regulación del estado y a la participación de los actores para dirimir las controversias entre capital y trabajo a través de una serie de instituciones y leyes.
Si nunca ha habido tribunales de justicia laboral en México, crearlos significa un trabajo inmenso. Se trata de capacitar gente, de abrir nuevas oficinas, de revisar el derecho laboral, de revisar otras experiencias internacionales, se trata de una tarea muy complicada y muy laboriosa que no sabemos cuando va a empezar. Y no se puede empezar porque no se ha legislado sobre la materia, está la reforma constitucional, pero la Ley Federal del Trabajo no está reformada en concordancia con la reforma constitucional.
Además de los tribunales, está el asunto de crear el órgano independiente para el registro de contratos colectivos y de sindicatos; que hasta ahora esa responsabilidad recae o bien en la Secretaría del Trabajo para casos de carácter federal o bien las Juntas locales de conciliación y arbitraje para casos locales. Pero en cualquier caso la autoridad estaba actuando para decidir qué sindicatos y qué contratos se podían convertir en un instrumento legal.
Al crearse un órgano independiente se supone que cambiará esta situación, ya no será un responsabilidad de los gobiernos, por ejemplo de la Secretaría del Trabajo, de los funcionarios públicos, sino de la responsabilidad de un órgano independiente. Esto también queda truncado y por lo tanto no sabemos cuando vamos a poder cambiar el régimen de registro de sindicatos y de contratos colectivos.
Y el voto secreto que también viene en la reforma constitucional de 2017, tampoco se podrá aplicar.
Sin embargo estamos animados, pero también hondamente preocupados por esta incertidumbre que se abre a partir de que se declaró que ya no va a haber reforma laboral en ésta legislatura. Entonces se abre un periodo de vacío, de inquietud, de incertidumbre de saber cuándo podremos contar con los instrumento que la reforma constitucional abrió en febrero de 2017.
Y esta es nuestra próxima tarea, para que la incertidumbre se convierta en una perspectiva real de entrar en un proceso de adquisición de derechos que marca la reforma, necesitamos un gran trabajo de movimientos sindicales realmente representativos y también una presión unificada en la próxima legislatura.
Esperamos que la correlación de fuerzas cambien y que haya diputados y senadores sensibles a la problemática obrera.
Pero también es lógico esperar que estos nuevos diputados y senadores no sólo sean sensibles, sino que tengan la presión, la información y la iniciativa de organizaciones sindicales, académicas y políticas del mundo laboral para que puedan utilizar este conocimiento en un sentido favorable de acuerdo a las reformas.
Esta organización tendrá que fortalecerse, no sólo esperar el resultado de las elecciones, sino sobre todo, avanzar en la organización para que antes del primero de septiembre que se inicia la nueva legislatura, tengamos ya lo más unificado y claramente planteado por parte de este gran movimiento, nacional e internacional, los fundamentos de la nueva reforma laboral.
Hay una situación compleja, difícil, de incertidumbre, pero abre, por lo tanto también, una oportunidad para volver a empezar correctamente.
Tenemos, es la situación que estamos viviendo y así como están las cosas tenemos que organizarnos y tenemos que trabajar e impulsar para que los derechos laborales se coinviertan realmente ejecutables, exigibles y que se vean en la vida diaria de los trabajadores.
* Participación de Saúl Escobar Toledo, en el Conservatorio Justicia Laboral” efectuado el 26 de abril de 2018, en la Cámara de Diputados con el auspicio del Diputado Rafael Hernández Soriano de la fracción parlamentaria del PRD

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