Cinco de las siete empresas denunciadas por violación o denegación de derechos laborales en el país mediante el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) son de capital estadounidense. Una de ellas ha sido investigada dos veces.
“Sí, la gran mayoría. Ha habido también compañías de capital italiano, por ejemplo. Pero sí, la mayoría es americana”, reconoce en entrevista Luis Pablo Solorio, agregado Laboral Principal de Estados Unidos en México.
Desde 2021, el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida (MLRR) ha sido accionado ocho veces contra siete maquiladoras de autopartes en México. Las quejas laborales no se han presentado contra el país, sino contra las compañías por impedir que su personal se organice en nuevos sindicatos o legitime sus contratos colectivos de trabajo (CCT).
Tridonex, General Motors, VU Manufacturing, Unique Fabricating y Goodyear son las compañías de origen estadounidense señaladas a través del MLRR. Del resto, Panasonic Automotive Systems es japonesa y Teksid Hierro/Stellantis, italiana.
Hasta ahora, las autoridades mexicanas han comprobado que en todas éstas se cometieron las faltas que las trabajadoras y los trabajadores denunciaron.
El gobierno de Estados Unidos no ha dejado pasar esto, dice Luis Pablo Solorio. “Sobre todo los equipos que están en Washington DC han seguido platicando con las casas matrices de compañías que invierten aquí (en México). Las reglas del juego han cambiado y existe todo un proceso nuevo que se enfoca en respetar los derechos laborales de las y los trabajadores”.
El funcionario se refiere al MLRR, el primer sistema en el mundo para solucionar controversias en torno al trabajo dentro de un tratado comercial. Pero también a la reforma laboral, la cual busca democratizar la vida sindical en el país.
Las modificaciones a la Constitución, en 2017, y a la Ley Federal del Trabajo (LFT), en 2019, removieron el mundo en el que vivían muchos sindicatos y, en específico, los líderes sindicales. Un mundo donde ellos podían pasar décadas al frente, ser votados a mano alzada y negociar el contrato colectivo de trabajo (CCT) a espaldas de las bases. Pero también para las empresas que se beneficiaron del esquema.
Salarios bajos, la raíz del problema
“Estados Unidos siempre lo había dicho. Nos lo señaló en ese entonces Carla Hills: ‘México tiene muy buenas leyes laborales, pero no las cumple bien’”, recuerda Enrique Larios, presidente del Colegio de Profesores de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Carla Hills fue representante comercial de Estados Unidos entre 1989 y 1993 y la principal negociadora del TLCAN original, firmado en 1994.
“Por eso, de manera paralela, se creó un acuerdo de colaboración laboral que no tuvo gran éxito, al contrario, los trabajadores se empobrecieron más con el TLCAN”, detalla el académico.
A la postre, esto también afectó a las compañías estadounidenses. “Bajo el precepto America First, Donald Trump presionó por un tratado comercial que frenara la fuga de empleos e inversiones a causa de los salarios bajos de México”, señala Alex Covarrubias en su investigación El T-MEC y la tercera generación de arreglos laborales: Escenarios probables para el trabajo y la industria regional.
Ahora, Enrique Larios hace el recuento: en la revisión del TLCAN y creación del T-MEC, al gobierno estadounidense “le interesó la libertad sindical y la negociación colectiva; cero trabajo infantil y cero discriminación en los centros de trabajo. Pero no podía impulsarlo en todos los sectores porque sería una intromisión en la vida nacional. Entonces, los gobiernos determinaron que sería sólo para las industrias que comercian con Estados Unidos”.
En la lista se incluyó el suministro de servicios y bienes manufacturados, como productos y componentes aeroespaciales, automóviles y autopartes, cosméticos, productos industriales de panadería, acero, aluminio, vidrio, cerámica, cemento y plástico, piezas forjadas y minería.
Cualquier persona puede denunciar la violación o negación del derecho de libre asociación y negociación colectivas y pedir una respuesta rápida mediante el mecanismo. Y son las autoridades gubernamentales las que presentan la queja ante su contraparte.
Las quejas presentadas vía el MLRR
Hace exactamente dos años, el 10 de mayo de 2021, la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés) y el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y de Servicios Movimiento 20/32 (SNITIS) presentaron la primera denuncia bajo el MLRR. Fue contra Tridonex, filial de Cardone Industries Inc.
Tridonex, una fábrica de autopartes, se ubica en Matamoros, Tamaulipas. Mientras que Cardone tiene su sede corporativa en Filadelfia, Estados Unidos, donde inició la compañía en 1970.
“Durante dos años, los trabajadores de Tridonex han sido hostigados y despedidos por tratar de organizarse con el SNITIS, un sindicato mexicano independiente de su elección, para reemplazar a un sindicato corrupto de ‘protección’”, se lee en la denuncia.
En 2019, el primer incremento al salario mínimo, que fue del doble para la Zona Libre de la Frontera Norte del país, reveló la postura real de muchas empresas, como Tridonex, que se negó a los ajustes salariales que las y los trabajadores exigieron de la mano de la abogada y ahora diputada federal Susana Prieto.
Por: Blanca Juárez / El Economista
Fuente: https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Quejas-laborales-via-T-MEC-Derechos-mexicanos-vs.-empresas-extranjeras-20230507-0006.html